Salva Carrion

Soy un curtido marinero

 

 

Soy un curtido marinero

de pocos lamentos,

que surcó el mundo entero

con la Rosa de los Vientos.

 

Fue un día de primavera

que embarqué muy contento,

y lejos, por vez primera,

zarpé de mi tierra de nacimiento.

 

De aquella inicial singladura,

con la mirada de la luna,

de vigía estuve a la frescura

y oí el canto de una sirena.

 

La mar era de tedio y calma,

de silencio permanente

y en la noche de blanca espuma

vi el cielo de azul diamante.

 

Con el tiempo vengo a recordar

aquellos mis años de mozo,

pues del embrujo de la mar

me enamoré muy gozoso.

 

Hoy, con el cuerpo ya cansado

y el pelo de años plateado,

siento el vaivén de mi pasado,

de este mar que tanto he amado.

 

Ahora que soy un débil anciano

añoro aquella apasionada vida

de marino campechano,

aunque a veces sienta una herida.