De tus dagas cordiales e llenado mis copas,
Embriagandome de dolor algunas veces,
Y en tus besos mordidos recluí a mi boca,
Cómo si el mundo vistiese de armagedón...
El futuro aveces parece que se trastoca,
Adornando el cielo de sueños que irán a romperse,
Entre la bohemia y las madrugadas en qué alucino que me tocas...
Dónde fatuo yace el fuego, pero ya; tampoco te augura.