Un tacto es amor en sus lugares más explícitos, una acaricia del detalle específico es la escencia en desórbita; eres el hielo que se derrite en mis manos.
Frenos de aviones que vuelan por el cielo, no detienen mis pasiones cuando te veo; eres lazos de acero, yo simplemente tu prisionero.
Déjanos a solas, no sabemos que es el miedo, solo me sonrojas con lo lacio de tu pelo; es el cielo que me cubre, el alivio desenfreno.
No ha tiempo en tu primavera, ni flores en el suelo, solo es tu fragancia que deja intacto todo mi ego; soy tu arrogancia, castigada por tus besos.
Pasa sin permiso, no hay puerta si me atrevo, hoy hay coincidencias; eres tú recitándome un poema nuevo.