El hombre es en potencia, sólo un triste recuerdo,
que para morir nace, en fresca y tierna carne,
cuando un nuevo ser llega, casi siempre es festejo,
abunda la alegría, la llama de amor arde.
Nace la hierba tan verde, con sus flores creciendo,
entre piedras y grietas, agradeciendo al sol,
color en sus rayitos, de Dios el gran invento,
sonrisas de la vida, en tardes de arrebol.
Son las vidas humanas, destellos relucientes,
que duran poco tiempo, fósforos en incendio,
del volcán, lava ardiente, fría roca perenne,
recuerdo permanente, de algún tiempo consuelo.
El hombre ser pensante, será sólo ceniza,
cómo triste recuerdo, que siempre el mundo habita.
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez
17/junio/2025