El regalo más preciado
nos lo otorgó el sacrificio:
el amante por oficio,
personaje tan sagrado;
el regalo que te ha dado
interminable camino,
un luminoso destino
que con dolor ha ganado:
a la muerte derrotó
al renunciar a su vida
y entregarla al amor;
puerta sagrada que abrió
esa velada salida:
misericordia y perdón...