De nostalgias preñadas van mis letras,
recordando momentos, que jamás
otra vez a mis sueños de poeta,
de su brillo, la lumbre le darán.
Cada verso que borda mi poema
lleva estambres salidos de un rosal;
donde un día, romántica y serena
fue la copa del sueño más fugaz.
Cuando siento la pluma que desliza
por las hojas tan blancas del papel;
mi memoria recuerda la caricia
que una tarde en su cuerpo dibujé;
con el beso febril que nos palpita
cuando siente el aroma de mujer.
Autor: Aníbal Rodríguez.