emiliodom

Sentir.


 

 

Cuando me siento abatido, procuro penetrar en el raso marrón de tus ojos, momentos después me inunda un deseo incontrolable de verme despertar en tus brazos. Al llegar el atardecer y de forma especial cuando empieza a declinar la tarde, deslizándose con brisa dorada por la cordillera de tu cintura, se inicia el deseo de llamar a la noche en compañía de sus idilios. Reconozco que una buena parte de los razonamientos de los hombres, no valen lo mismo que una solo de una mujer íntegra y sensata. Hoy y de forma concreta, los recuerdos me provocan suspiros. por esa razón, la nostalgia ha decidido visitarme.