Quiero dejar el cuarto en llamas,
porque no sé qué me pasa,
solo sé que mi piel grita por la tuya,
y este calor no viene del sol,
viene de imaginarte dentro,
mordiendo el silencio,
jadeando mi nombre como si fuera salvación.
La locura me lame los muslos
cuando pienso en tus manos,
y ya no me importa si arde todo,
si nos consume este fuego sin nombre.
Quiero quemar las sábanas contigo dentro,
y no saber si fue amor,
o solo un incendio glorioso.