Das a beber ausencias.
Deteniendo los latidos
bebo esta sustancia
de tus fríos,
de tus distancias.
Causas espejismos al alma,
la encierras en laberintos.
Te siento lejos
y luego cerca.
Tu juego quema,
hierve la sangre...
Este vaivén de tu playa
atrapa las horas.
Tu voz
respira aires de añoranza.
A ciegas vas
y en agónico silencio
dejas rasgarse
a la nostalgia
en la esquina perfumada
de nuestros agitados besos...
Cruel, vuelcas sin parpadeos
la loza ruin sobre el rudo espasmo
inquerido por ti,
retenido para mí,
negándote
a la inquietud austera
que tu soledad prefiere.
Esquivas ballestas;
incendias las pupilas.
Mis arenas
llevan tus huellas...
¡Causas guerra sin estar
y los vigías no ven tu presencia!
Generas tal sentimiento
que ya doblegas mis ejércitos.
La artillería apuntando
a tu horizonte,
mas solo ven arcas vacías...
¿Qué clase de fuerza posees
que robas atención y calma?
¿Voltearás el rostro
y dispondrás a mí tu trinchera?
¿Darás la orden
a forjarte armadura de mi ser?
He de perderme para perder
tu incólume voluntad
a media batalla.
Colocaré mi asta en tu triunfo
y asumirás que ondeas libre
no obstante, en la gloria
de la marfil insignia
que te viste
va firme y solo mía,
tu derrotada indecisión.
Mesa compartida
Charles A De La O Tapia
Yamel Murillo
D.R.2018