AMARGO RECUERDO
(Juan Carlos Ayala)
Su vientre estaba negro
abrazado por basura,
pantanoso
y
pestilente.
Tenía sed,
pero no sabía que tener la boca seca
era tener sed,
no la conocía.
Abrió sus ojos:
todo estaba gris,
la vegetación había huido,
enfrente: un puente que
colgaba sobre sus pies,
y en ese instante:
recordó que fue río.
No pudo llorar,
sus lágrimas se habían secado..