Evitamos mirarnos,
como si los ojos fueran puertas
que podrían decir demasiado.
Esta en la forma en que un roce
enciende mundos que no vivimos,
pero soñamos en secreto.
Somos dos cuerpos contenidos,
dos almas que se rozan
llamándose bajito,
como quien teme que el deseo
se vuelva verdad.
Hay algo entre nosotros…
y aunque no lo digamos,
ambos lo sentimos
como un susurro constante
que nunca se va.
♡♡♡