No. 1 TODO ES MÍO.
Él, que decía: ¡Eso es mío!
aunque fuera tu estornudo,
y si el pueblo, terco y rudo,
protestaba, era baldío.
Se creía en su albedrío
el destino en su carrera,
un bebé con mamadera,
con poderes de embeleso,
que exigía, sin receso,
hasta el aire que uno espera.
No. 2 EL QUE NO APLAUDE, NO ALMUERZA
El aplauso era alimento
que le servía en cada acto;
si no aplaudías al tacto,
te quitaban el sustento.
Era un show sin fundamento,
pero exigía ovación,
como un dios sin redención
que, entre el humo y la apariencia,
firmaba la penitencia
con sonrisa de cartón.
No. 3 SI PIERDO, REINICIO EL JUEGO
Nunca quiso ser vencido
ni en damas ni en democracia;
si la sombra de desgracia
lo alcanzaba, había un ruido:
apagones sin sentido,
votos recontados luego...
¡Mil veces él cambió el juego,
como niño caprichoso
que, ante un fallo vergonzoso,
volcaba todo el talego!
No. 4 SI ME GANAN, ACUSO DE TRAMPA
Cuando el pueblo lo vencía
en debates o en la calle,
él gritaba: ¡Fue un detalle!
¡y me hicieron brujería!
Y su excusa parecía
el berrinche de un infante
que, al perder contra un gigante,
rompe en rabia el mismo juego,
poniendo cara de apego:
¡yo era rey hace un instante!
No. 5 NO EXISTEN LAS LÁGRIMAS (solo agua subversiva)
Él prohibió llorar el día
el tirano de las penas,
y las lágrimas ajenas
fueron causa de osadía.
Su ley, sin alma ni guía,
castigó la compasión,
y al gesto del corazón
le dictó decreto frío:
que el sentir es desvarío,
y atentado a la nación.
No. 6 LA JUSTICIA SOY YO (con disfraz de juez)
Se vistió de magistrado,
se puso peluca y toga,
aunque hablaba como a boga,
su juicio era mal armado.
Quien caía señalado
ya sabía su condena:
sin defensa ni cadena
de equidad en su proceso,
la justicia era un suceso
de trapo y alma sin pena.
No.7 LA PRENSA, MI TÍTERE; EL TUITERO, MI OGRO
Les montó luces y focos,
decoró su noticiero,
y censuró a ese tuitero
que escribía con sofocos.
Las verdades, como focos,
golpeaban su mentira,
y al ver la caricatura
temblaba su vanidad,
daño hacía la verdad
si venía con dulzura.
No. 8 LA HISTORIA COMIENZA EN MI OMBLIGO
Y no existió antes su aliento,
ni héroes ni independencia;
la historia, por su presencia,
cambió de rumbo y de intento.
El pasado era un invento
si faltaba su apellido,
y lo borró del sentido
de los libros y canciones;
¡ni los próceres varones
escaparon del olvido!
No. 9 DIOS ME LLAMA TODAS LAS NOCHES
(No le contesto y lo dejo en visto)
¡Qué divina su ignorancia!
Se creía tan llamado
que del cielo le han hablado
¡No responde, qué arrogancia!
Confundía la prestancia
con delirio de grandeza;
si Dios bajaba a la mesa,
él decía: ¡Ya te leo!,
y mandaba a algún ateo
a orar por su realeza.
No. 10. SI ALGUIEN TIENE MÁS BRILLO QUE YO,
LE APAGO LA LUZ
Fue verdugo de talentos,
asesino de destellos;
envidiaba a los más bellos,
poseído por tormentos.
Los genios y pensamientos,
los artistas, los valientes,
eran todos delincuentes
si brillaban a su lado,
pues ese niño malcriado
los maldecía entre dientes.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025