En mi silencio de ayer y hoy..
Caminando a través de la sociedad voy..
Evitando la gente y su contacto..
Pongo mis manos cubriendo mis oídos, con tal de evitar sentir su tacto..
Veo Autos, gente, colectivo, familias.
Para esconder aquellas estereotipias mías..
Me pongo auriculares para escuchar mi silencio que proviene de mi alma
Esa oscura y rara alma..
Entre un mundo neuro atípico..
Soy nada más que una pelusa en un basural global
Soy nada que ver con lo típico..
Me quedo sentada en mi silla de la cafetería
La misma silla de siempre.. por que sin gente.. no hay nada que me perdería
Aquella silla de la esquina..
Donde solo yo puedo escuchar mi silencio sin estar a la altiva..
“pido un capuchino vainilla, señor”
Para contrarrestar a la niña extrangulada por el ruido..
Por un pasado presente que no se ha ido..
Aunque el ruido de la sociedad no es lo mismo..
Que el ruido de mi niña interior gritando en silencio por la gente que no acepta su propia ignorancia
Y toma ese grito de silencio como si se tratara de una “gracia”
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