Para mí, un beso es arte.
Es entrega, dedicación, deseo.
No es solo un simple roce de labios,
es una conversación muda,
un universo de palabras no dichas,
un secreto que se revela sin hablar.
Es el deseo hecho carne,
el anhelo tallado en los huesos,
la entrega circulando en la sangre.
Es fuego contenido,
un salto al vacío sin miedo,
una guerra y una tregua en el mismo segundo.
Un beso es todo un mundo de declaración:
de derechos sin permiso,
de tomas sin pedir,
de entregas sin condiciones.
Tú, con uno solo, desarmas mi mundo.
A veces, ni siquiera necesitas tocarme:
basta una palabra tuya,
una mirada,
y caigo.
Te volviste experto en despertar mis sentidos,
en derribar mis defensas,
en dejar mi alma en carne viva…
Y aún así, me dejo.
Porque cuando me besas,
no solo me tocas:
me creas.
-S.S