No quiero odiarte.
No quiero amarte.
Solo quiero
olvidarte.
Quiero que no signifiques nada,
que tu nombre no me quiebre,
que tu risa no me duela
y tus silencios ya no pesen.
Quisiera ser como tú,
soltar tan fácil,
como si el amor fuera
una camisa vieja.
Dicen que el contacto cero es lo mejor,
y te dejé de seguir
para no ver tu felicidad
mientras yo me deshacía en la mía.
Y tú,
tan tranquilo,
tan lejos,
tan “me da igual”.
Si hubieras querido,
lo habrías hecho.
Eso es todo.
Y sin embargo
aún no puedo borrarte.
A veces abro tu ubicación
como si mirar el punto en el mapa
pudiera traerte de vuelta.
Como si fuese lo último
que me queda de ti.
Miro nuestras fotos,
nuestros videos,
y me pregunto
¿también fingías ahí?
Tus ojos se llenaron de lágrimas
cuando me pediste que no me fuera,
cuando dijiste que me amabas
¿para qué?
Aún guardo en mi billetera
la foto de la primera vez.
Aún está en mi vision board
esa imagen nuestra.
Porque desde el principio,
yo lo supe
quería estar contigo.
Yo no dudé.
Yo sí te quise.
Y no te culpo por no hacerlo
pero fuiste un cobarde.
Te di mi alma,
mi espíritu,
todo mi amor.
Y tú simplemente desapareciste
como si yo no hubiera sido nada.
Pero sí lo fui.
Y fue tu culpa,
no la mía.
Ojalá puedas verlo.
Avi-