Beltrán Álvarez de Toledo

SONETO X: Trovadera Segunda

Monté mi caballo al filo de aurora,

con tu pañuelo al cuello por destino,

y el mundo, por amarte, se hizo camino

que cruza sol y sombra a toda hora.

 

No hay lanza que no venza mi fervora,

ni yermo que detenga mi camino,

pues tu mirar me es guía y desatino,

mi causa justa, mi canción sonora.

 

Por ti deshice agravios y quebrantos,

por ti, vencí dragones y memoria,

y en cada herida, hallé tu luz en cantos.

 

Mas si al final no alcanzo tu victoria,

básteme el verte en sueños dulces tantos:

¡mi guerra fue por ti... y esa es mi gloria!