Muros caen, almas se desgarran,
pero juntos el mundo se eleva y lo sostienen nuestras almas.
Olas se levantan, golpean las compuertas,
se sacuden las entrañas,
se mecen los cimientos ante la furia de un
impetuoso mar en tempestad.
Aves despliegan sus alas buscando refugio,
se marchan con firmeza a las montañas
allí se quedan esperando
con cantos sublimes que cese la oscuridad.
La selva mece sus ramas avisando que la tormenta llegará,
habitantes protegen sus refugios
pues saben que el agua sus tierras cubrirá.