MI SOMBRA FIEL
Mi sombra fiel,
no me habla, pero entiende.
Camina a mi paso,
incluso cuando tropiezo.
No me juzga cuando dudo,
ni me deja cuando huyo.
Está cuando nadie mira,
cuando todo pesa,
cuando el mundo olvida.
Mi sombra fiel
no pide nada.
Ni voz, ni rostro, ni promesa.
Solo estar ahí,
como un espejo sin cristal,
como un testigo sin memoria.
La he visto alargarse
cuando el sol me empujó hacia adelante,
y hacerse pequeña
cuando quise desaparecer.
Mi sombra fiel no me salva,
pero tampoco me abandona.
Y eso, en los días vacíos,
es más de lo que muchos dan.
© Corazón Bardo