Me miraste fríamente, indiferente,
desde tu alta nube,
aunque yo te saludara apasionante,
no quisiste verme...
Un coche se detiene,
más en tus ojos aprecio un solo paisaje,
que solo pertenece,
a un señor fuerte económicamente...
No es un amor de cine,
cuando el macho te exige fríamente,
la postura humillante,
de esperarle en la calle cada noche...
Sigo el film atentamente,
más quizás a futuro te sientas culpable,
tan lejana, y ausente,
de este vendedor ambulante que te insiste...