En sombras de un amor que se desvanece,
donde el corazón late con eco vacío,
tus promesas fueron un cruel engaño,
y el fuego de antaño se torna en frío.
Recuerdos como espinas me atraviesan,
risas que ahora suenan a lamento,
tus ojos, que eran luz, hoy me hieren,
con la amarga verdad de tu silencio.
El desamor me arrastra a la deriva,
como hoja en el viento sin destino,
te quise con el alma entera y viva,
pero tu ausencia es un eterno sino.
Adiós a los sueños que tejimos juntos,
a las noches de pasión ya olvidadas,
en este pecho herido, sin refugios,
solo queda el eco de lágrimas calladas.