Revelación
Con el agua bendita de tu cuerpo
me bautizo entera.
Y por el recorrido de tus manos
descubro un mapa enterrado
desde el origen del tiempo.
Cuando despierte de este sueño,
entonces podré, al fin,
dormirme para siempre.
Hay cuerpos que no solo se tocan,
se descifran.
—L.T.