Tu nunca sabrás cuánto te quiero
En las dulces tardes de tristes melodías
Donde aguardan mis recuerdos en tus manos frías y duras
Nunca sabrás si existe aún en mi vago pensamiento
El triste temblor de un invierno errante
Donde reposan en tu alcoba los besos míos, lacerantes.
Vida mía, no te vayas sin despedirte
Agita las palomas del vientre azul de una alta noche sin tantas lejanías.
Vértice y corazones gitanos
Nunca sabrás lo mucho que te quiero
Aunque miles de veces nos despidamos
Nos digamos adiós con un ligero vaivén
Y si por si acaso alguna vez te extraño
Recuerda que te quiero, con este corazón donde reposa tu nombre en gran tamaño.