Franjablanca

D.E.P.

Nos dijeron

desde el día que nacimos

que la vida es un racimo

lleno de aciertos y errores.

 

Y crecimos

gateando a cuatro patas,

compartiendo las erratas

con amigos y vecinos.

 

Y tuvimos

una novia en el colegio,

espinillas y complejos

y una ocasión que perdimos.

 

Y estudiamos

para hacernos suficientes

como personas decentes

sin más red que nuestras manos.

 

Y eludimos

las consignas de los sabios

que escupían por sus labios

paradigmas anodinos.

 

Y juzgamos

a los plebeyos y reyes

siempre con distintas leyes

de las que nos aplicamos.

 

Y apartamos

los juegos de nuestra infancia

para dar más importancia

a un futuro más profano.

 

Y nos fuimos

del hogar de nuestros padres

a otro perro que nos ladre

buscando nuevos caminos.

 

Y juramos

que volveríamos un día

al lugar donde crecía

aquel niño que dejamos.

 

Y volamos

sorteando las montañas,

los temores y las sañas

con las que nos encontramos.

 

Y fingimos

ser los dueños de lo nuestro

metiendo dentro de un cesto

los sueños que no cumplimos.

 

Y engañamos

a nuestros propios antojos

con una venda en los ojos

para no ver si dudamos.

 

Y supimos

a destiempo que el ocaso

no es más que el siguiente paso

a los años que cumplimos.

 

Y creimos

que era eterno aquel presente

engañando al subconsciente

con otra copa de vino.

 

Y observamos

la razón con nuestro prisma

sin saber que es un sofisma

cada verdad que afirmamos.

 

Y quedamos

retratados en la foto

cuando le dimos el voto

al espejo que miramos.

 

Y se fueron

los amigos, los vecinos,

las mujeres que quisimos

y los padres que murieron.

 

Y compramos

una casa, una impresora,

un barquito sin eslora

y un pincel que nunca usamos.

 

Y perdimos

una letra en mal estado,

un amor mal aparcado

y los besos que no dimos.

 

Y ponemos

un epitafio en el nicho

donde dice HOY NO FICHO,

PERO ALGÚN DÍA NOS VEREMOS.

 

Y morimos

sin saber en nuestro lecho

si nos vamos satisfechos

por todo lo que no hicimos.

 

EPÍLOGO:

 

Y otra vez

sale el sol por la mañana

escribiendo en tu ventana:

Descanse En Paz el ayer.