Leoness

Intrépida Madre

El reloj no se detiene, y tú,

madre de tres, corres sin fin.

El sol te encuentra en la cocina,

la luna te ve doblar la ropa.

 

Tus manos, sin descanso,

tejen el pan de cada día,

y tus ojos, llenos de sueño,

vigilan el sueño de tus hijos.

 

No hay aplausos, ni ovaciones,

solo el murmullo de una casa viva.

El cansancio es tu única compañía,

pero el amor es tu fuerza infinita.

 

Eres la arquitecta del hogar,

la doctora, la maestra, la cocinera,

la que besa rodillas raspadas,

y la que seca lágrimas a medianoche.

 

Tu cuerpo es un puerto de calma,

tus brazos, el refugio seguro.

La soledad es un fantasma que no te asusta,

porque la risa de tus hijos es tu música.

 

El mundo te debe una deuda impagable,

madre guerrera, heroína anónima,

por tu amor inmenso, tu fuerza inagotable,

y por el milagro de tu vida, que no se rinde.