Duermo sola entre lirios y espuma,donde el canto del mar me consuela, donde el viento, que todo lo abruma, susurra tu nombre sin letra.
No te tengo, mujer de los sueños,pero sangro en los versos por ti.
Te he buscado en los ojos pequeños de otras almas que huyen de mí.
Amo el musgo, las rocas, la brisa,la marea que rompe al volver…
Pero extraño tu voz, tu sonrisa,aunque aún no la pueda entender.
¿Dónde estás, flor de invierno callado?
¿Dónde vibra tu pecho sin par?
Yo te escribo desde este costado donde el alma se asoma al amar.
Soy del mundo, pero no de nadie.
Mis caricias se gastan sin piel.
Esta sed que me nace y me arde no la apaga ni el mar, ni el laurel.
Ven, si existes. Si no, que me lleve esta vida de tinta y de sal.
Porque a veces el verso más leve es más fiel que el amor terrenal.