En la danza suave del atardecer,
mis pensamientos divagan,
y en cada sombra que asoma,
solo tengo ojos para ti.
Eres el faro en mi tormenta,
la brisa que acaricia mi piel,
en el silencio de la noche,
tu risa es la más dulce miel.
Si el mundo gira y se desdibuja,
si los colores se van a ocultar,
en el lienzo de mis días grises,
solo quiero que me mires.
Mil estrellas me susurran,
historias que jamás viví,
y en cada sueño que se asoma,
solo tengo ojos para ti.
Eres mi sol al amanecer,
la luna que vigila mi descanso,
cada latido de mi corazón,
es un eco que lleva tu canto.
Despierto y en cada suspiro,
te busco en el alba sutil,
porque en mi mundo y mis desvelos,
solo tengo ojos para ti.
Así en cada paso que doy,
en cada sendero que elijo andar,
mi alma te llama en el silencio,
delicadamente, y solo para amar.
Y aunque el tiempo se lleve las horas,
y el destino nos quiera separar,
en el rincón más profundo de mi ser,
recuerda, solo tengo ojos para ti.