¿En que piensan los pianistas?,
que sorprendente razón los activa …
para que enigmáticamente trasmitan…
ese delicado conjuro de armonía y paz.
¿Quién es su musa?,
¿de donde les nace tan elevada inspiración?,
cuanta pasión en cada melodía se exterioriza,
quisiera saber el motivo de todo lo que expresan,
porque sin duda el sentimiento… indudablemente los sustenta.
Debe ser que una extraña fuerza …de asombroso poder…
se adueña de su talento…
y emana todas las emociones…
que se manifiestan con incontenible sutileza…
en un célebre ejercicio de incólume creatividad.
Llevan al límite su susceptibilidad,
el corazón latiendo con desesperación,
en cada pausa desnudan un silencio elocuente,
mostrando su destreza de pródiga expresión.
Dulce, mansa, y dócil…
la calma apoderándose del alma,
la sensibilidad ejerciendo su autoridad,
el cuerpo casi en letargo total…
en tregua constante,
pero disfrutando del romance de cada nota,
en cada arpegio delirando…
hasta acariciar el idilio de la alucinación.
Cuando escucho vibrar ese piano…
en el ingente vacío de mi soledad,
mi soledad sonríe delicadamente,
me acoge en su mansedumbre,
me abraza y me invita a su indescifrable mundo…
a esperar que acontezca algo sorprendente,
el milagro de tu reaparición.
¿Qué piensan los pianistas?...
que cuando escucho su imponderable arte…
me envuelve la nostalgia,
me acorrala una tristeza indefinible…
que me retrae de la realidad…y me hace suspirar,
me hace soñar …
“que a pesar de no poder esquivarle al olvido…
siempre hay algo misterioso… que podría suceder”.