Las auroras boreales
son del color de la
tragedia disfrazada de esperanza,
guardada de nostalgias
de una habitación con el corazón roto.
De esa melancolía
que provocan las lluvias de verano
en algún rincón de la vida adulta.
Eres mi Plutón,
con cero gravedad,
hiriente en tu forma de amar.
Si esto es el fuego,
me estoy quemando.
Ojos brillosos, soledad marchita.
Agujero negro, alma rota.
Soledad gotea a fuego lento.
Tu mundo estrellado me hiere.
Te observo, amado.