Jacqueline López

Amarga Ciudad

Las auroras boreales

son del color de la

tragedia disfrazada de esperanza,

guardada de nostalgias

de una habitación con el corazón roto.

 

De esa melancolía

que provocan las lluvias de verano

en algún rincón de la vida adulta.

 

Eres mi Plutón,

con cero gravedad,

hiriente en tu forma de amar.

 

Si esto es el fuego,

me estoy quemando.

 

Ojos brillosos, soledad marchita.

Agujero negro, alma rota.

Soledad gotea a fuego lento.

 

Tu mundo estrellado me hiere.

Te observo, amado.