El viento se hacía presente en aquella mañana sabatina. La brisa de la playa jugaba con nosotros, y el aroma de los eucaliptos nos envolvía en risas. Las maderas húmedas y el pasto fresco nos transportaban a un mundo de ensueño. Valía todo: destellos de una infancia que hoy se hizo presente en un vago recuerdo.
El reloj avanza en silencio, pero nos lleva de regreso a aquellos momentos. El viento de vez en cuando nos trae a la memoria el pasado dulce. Y sin embargo, te recuerda que el ahora pronto será otro recuerdo más, esa versión de ti que no volverá jamás.
Scarlett-Oru