Mis andares lentos, sombríos
Agoreros de penurias sin fin,
Se han visto burlados en su fantasía,
Buscando castillos de solidas torres.
Ya no tengo la fuerza ni los pensares,
De aquellos momentos de duras batallas,
En que la mente y el cuerpo se unían,
A derribar muros de lisonjas nocivas.
Se me ha perdido la musa, que antes
En cualquier recodo, solía encontrar,
No pasaba día que no estuviera conmigo,
Ni noche que no me acompañara.
Ella, la de las palabras bonitas o feas
Amargas o dulces, tiernas o fieras…
La de las prodigiosas metáforas
Y seductores versos, se ha ido.
Largo trecho tengo aún por andar
Y taciturnos coloquios con mi soledad,
Mientras arriba, luna y estrellas velan, por
El final de un caminante, o su renacer.
Delalma
23/04/2020