Aunque la risa te mate el llanto,
la lágrima ecuestre
frontal se presta
sensible...
Y las palabras sean el vaso,
que en mi cara derramaste...
Aunque siempre digas basta
y la vasta vaguedad de las horas,
sean el eco del silencio...
Y el abismo me encuentre, a un paso
de mi vida y, de la nada.
Aunque llueva y las nubes...........allá,
se empecinen en el cielo
a mostrar cuánto de tanto;
y cada gota, sea el contrapeso del desengaño.
Aunque siempre todo concluya
y se siga siendo.
Aunque me evapore, aún quedando...
Voy descendiendo que ya subo.
Hernán J. Moreyra