El amor de madre es fiel y profundo,
una luz que guía por todo el mundo.
Enseña el bien, corrige el mal,
su voz resuena como un cantar.
Con manos firmes y corazón tierno,
siembra raíces que duran eterno.
Cada abrazo nos hace crecer,
con fe y coraje para aprender.
Su sacrificio es llama encendida,
no pide aplausos ni otra medida.
Camina firme, da su calor,
y nos sostiene con su amor.
Bajo su abrigo, la vida empieza,
nace un lazo de eterna firmeza.
Su amor perdura noche y día,
brilla por siempre con poesía.
José Mario Calero Vizcaino & AI