vicio perverso
en ese término tan simple
te convertiste
cuando llegaste, cuando te fuiste
makumba de hilo largo
seguro, fue lo que me diste
todas las noches
soñaba con tus labios
rojos y abultados
quemando los míos
mientras mi lengua hacía olas
y mi masculinidad encontraba refugio
como la horma de mi zapato
las mil y una formas de amar
fueron escritas por este lápiz
que, hoy, cuenta historias
historias ñangas, de humo
de caño y arrabal
ya llovió mucho
dijo chencho
no traigas nada valedor
que así es el tiempo.