Y qué tan poco sabe el viento
de amores buenos,
de amores malos,
de mentiras
y de verdades
que se esconden de la razón.
Pues sabe poco el viento,
sabe poco, tan poco
que susurra amor en oídos necios.
Amor, es amor dice,
y confunde al loco con el cuerdo.
Y sí,
sabe poco, tan poco, pero el corazón
aguarda a su ignorancia,
se exalta, se excita, se enturbia
y se mata.
“Tonto”, le llamará la razón
porque tonto fue.
Tonto, tan tonto.
Tonto.
Tonto fue.