Yasuara Melgara

\"Lengua sin nudos\"

Nací entre platos rotos

que me enseñaron a sonreír mientras barría.

Vi a mujeres doblarse

como sábanas limpias sobre camas ajenas,

y a dar gracias por hombres

que nunca supieron cómo se carga un alma.

 

Me dijeron que el yerno es un rey

aunque traiga barro en los zapatos

y ojos que no saben quedarse.

Pero a la nuera se le exige pureza,

servicio, silencio,

y una sonrisa que no se agriete

ni siquiera en la humillación.

 

Al hombre que engaña

se le aplaude como si la traición

fuera un deporte de alto rendimiento.

A la mujer que respira por sí sola,

la llaman desleal,

como si vivir para una misma

fuera un crimen.

 

Y lo triste, lo que más duele,

es que muchas de esas piedras

las lanzan manos de mujer.

Madres que enseñan a sus hijas

a bajar la voz,

a tragarse el fuego,

a arder en secreto.

 

Pero yo nací con la lengua sin nudos,

la espalda erguida,

y la osadía de decir: no.

 

No soy la oveja negra.

Soy la que dejó de pastar en lo mismo.

Soy la que se salió del corral

cuando notó que el lobo

vestía apellidos familiares.

 

Me llaman rebelde,

porque no sé obedecer injusticias.

Me llaman sola,

porque no cargo con alguien

que me quiera ver debajo.

 

No vine a heredar cadenas.

No vine a replicar silencios.

Y si eso me cuesta el cariño de los míos,

que así sea.

 

Prefiero perder la mesa,

antes que sentarme a servir

mientras todos brindan

por mi sumisión.

 

Yasuara Melgara