juanestrada

DOLOR FANTASMA

Un dolor fantasma

me asedia bajo la luz

inclemente del verano

y en la rotunda y ancha noche;

es el dolor de lo perdido,

de lo que está, pero ya no está.

 

Me duele el dolor

de esa tarde en que

se marchó cargando los mutuos recuerdos

y la inocente esperanza de los amantes.

Busco su ausencia, pero también la he perdido,

aunque me queda el dolor fantasma

en alguna parte del alma.

 

Me duele el eco de la risa infantil

que resuena en el ocaso de la casa vacía;

me duele el cuerpo de mi padre

que se muere quieto 

bajo el peso luminoso de un agosto

que está y ya no está.

 

Me duele mi rostro gastado

por ese dolor fantasma

que parece afirmar

que aún me pertenece el recuerdo

de lo que nunca fui.