Nicolás Zalacaín

El Jubilado

En una risa se perdieron los amores sin destino.

Y en unos cabellos ateos se pueden ver actitudes

angelicales.

“La fe pasó de moda”, decimos los que somos esclavos

de la moda.

Los amores mutaron a querer no quererse,

mientras un jubilado, con la mínima y mucha

autoestima,

se nos caga de risa de los amores sin destino.