Entre delirio y delirio
hay sueños que se marchitan,
quedando solo un suspiro.
Por eso de los amores
debemos tener cuidado,
no queden en ilusiones.
A veces los sentimientos
cuando no son atendidos,
entre brumas quedan presos.
La llama de la pasión
mantenla siempre candente,
como los rayos del sol.
Es muy difícil encienda
cuando se deja apagar,
con los vientos de la inercia.
Por eso con tu ternura
su fuego tu harás arder,
buscando que siempre fluya.
¡Así del amor serás,
con las flechas de Cupido,
el gran Eros terrenal.
Autor: Aníbal Rodríguez.