El Cronista sin puerto

Poema que nunca leerás.

A veces llega, sin razón,

una sonrisa en mi rincón.

Con solo un guiño desde lejos

rompe la tarde y sus reflejos.

 

Te escribo sin flor ni promesa,

sin cartas dulces en la mesa,

sin la intención de que te acerques,

ni la ilusión de que me nombres.

 

La pensé princesa, sin cuento,

sin trono, historia ni argumento.

Y algo en mí se volvió brisa,

pasajera, leve, imprecisa.

 

Somos dos fuegos, lo entendí,

que arden sin rumbo y sin porfía.

Y aunque jamás llegues a mí,

hay quien te piensa todavía.

 

Y si algún día, sin querer,

sientes ternura al florecer,

fui yo, sin nombre ni bandera,

escribiéndote el poema

que nunca leerás.