bohemio30

La paz no es un refugio lejano...

 

La paz que busco no está afuera,

pero siempre creí que lo estaba. 

Tampoco la venden en aeropuertos ni en los abrazos falsos de la gente.
La paz —y esto lo aprendí sangrando— está en lo mínimo:
en el olor del café que me sirve Paty cada día, 

en la lluvia que me recuerda que el mundo sigue sin mí,
en tu voz diciendo cualquier cosa,
sin saber que esa palabra, lanzada con descuido,
me devolvía el aire.

Camino por la vida haciendo equilibrio,
con esa valentía impostada que se me cae a pedazos cada noche.
Me equivoco, me culpo, me arrastro…
y me lo merezco, pienso, porque así es la vida
para los que sienten demasiado.

Pero entonces me tomas la mano.
Así, sin previo aviso.
Tus dedos tibios sobre los míos,
y toda mi rabia se desarma.
Me miras como si aún valiera la pena,
y yo, que siempre sospecho de todo,
te creo.

Y ahí lo entiendo:
la paz no es un refugio lejano
ni un trofeo para los que sobreviven a todo.
La paz es este instante brutal y luminoso
en el que me miras sin juzgarme
y yo —solo por hoy—
me siento suficiente.