El amor es complicado,
pues con melancolía recuerdo
cuando dibujaba en el cuaderno
nuestra vida juntos.
Y pese a que fue efímero,
aunque suene nefelibato,
nunca me había enamorado tanto
cual ruiseñor al alba con su hermoso canto.
Lastimosamente la alegría se va,
dejándome con ella el desconsuelo;
y como decía mi abuelo,
la tristeza un día llegará.
Ahora vivo con tu recuerdo
que en mi corazón no se ha podido fundir,
grabado en mí, en mi pensamiento,
es mi incesante sufrir.
Me quiero morir
de esta maldita pena
que ni con hierbabuena
he podido dejar.
Ni el tequila ni el Marlboro
me ayudan a olvidarte,
pues mientras fumo, pienso:
¿no entiendo por qué decidí dejarte?
Los días que he pasado contigo
eran hermosos y eternos,
cuando jugábamos, platicábamos
y hasta la madrugada, querernos.
Recuerdo los regalos que te di;
cuando nos fuimos conociendo, te di una rosa, me gustaste y te dije:
\"Una flor para la más hermosa\".
Recuerdo los apodos
que no los entendía
y hasta a veces me ofendía,
pero los tomaba con algarabía.
\"Ernesto\", así me decías,
suena un poco loco,
no sé dónde lo sacaste,
¿sería de la película \"Coco\"?
\"Borojo\", qué raro era,
así siempre me decías,
con cariño y alegría
me llamabas todo el rato.
Con esa piel canela,
esos ojos soñadores,
esa boquita dulce,
esos labios matadores.
Ese cuerpo bello
me hace ilusionar,
te sueño las noches
y en el día, pensar.
Ja, todavía tengo tu gorra
que la guardo con mucho cariño,
que la quiero y la cuido
como cual dulce niño.
Aún tengo el gato que me dio tu abuela;
es bello y me recuerda tu boca
cuando nos besamos en la tarde,
hasta que te volviera loca.
Guarda mis secretos,
guárdalos bien, te lo imploro;
yo los tuyos los mantendré en mi corazón
como si fuera un tesoro.