Los amigos, como jueces
llegan a dar su dictamen
aunque a veces no reclamen
los cargos que tú mereces.
Pesan verdades y preces
dan su fallo sin temor
unas veces con rigor
otras con mano tendida
pues la amistad bien vivida
es juez, jurado y amor.
El amigo, juez severo
mira el alma y no la ropa
su sentencia nunca es copa
de veneno traicionero.
Siendo juez, también sincero
marca el fallo sin vengarse
y aunque pueda equivocarse
la amistad lo justifica
pues su ley siempre adjudica
que juzgar es también darse.
El amigo es tribunal
que sesiona en la confianza
y aunque a veces no se alcanza
acuerdo firme o cabal
su dictamen fraternal
no condena por condena
lleva el fallo y la cadena
atados a su corazón
y absuelve con la razón
cuando el tiempo lo ordena.
Como jueces son los amigos
y fallar es su destino
pero en medio del camino
dan consuelo y dan abrigo.
Con sus fallos, como trigos
alimentan lo que queda
no hay sentencia que suceda
sin que el alma los excuse
o que la amistad lo recuse
si el juez falla o se enreda.
πΊ π
Diez versos para hablar del tema. No son décimas por si mismas.
En que se parecen los jueces y los amigos? Ambos fallan. Unos para aplicar leyes, otros cuando quebrantamos los lazos filiales, esos fallos que la amistad verdadera corrige, hace llorar y finalmente, perdona.