Entre ramas lilas canta
la pequeña urraquita,
con sus ojos de obsidiana
y su cola infinitita.
Sobre un sol de mandarina
va saltando sin temor,
mientras la brisa adivina
sus secretos y su flor.
Le susurra a la mañana:
Soy del monte mensajera,
traigo cuentos de la rama
y canciones de la higuera.
Urraquita, urraquita,
pluma negra, alma bendita,
que del campo haces poesía
con tu voz chiquititita.