Eres un cisne negro
que no esperaba encontrar
dentro de mi vida predecible,
tan común y corriente,
de conservadora apatía
cimentada en unicidad
y en efecto burbuja
al que llamaba
estabilidad.
Eres un cisne negro
tan impredecible,
tan exasperante,
tan cambiante,
tan indescifrable.
Contigo nunca rutina,
jamás días iguales;
no siempre son viernes,
pero nunca
martes por la tarde.
Eres un cisne negro
tan imperceptible,
tan inolvidable,
tan inexistente
y a la vez tan real.