Erika Padrón

TE RECUERDO MARÍA

Te recuerdo María, 
con lágrimas de fogón, 
manos de manteca,
y boca refunfuñona,.
Peleando con las brasas, 
el molcajete y el comal caliente, 
de tortillas lleno, 
anunciando un viaje,
hasta los dientes. 
Te recuerdo María, 
entre el humo condenado, 
de ese jarro de frijoles,
y mi sabor predilecto: 
del cántaro de agua fresca,
y un taco de guacamole. 
Te recuerdo María, 
con el delantal mojado, 
de lavar al mediodía, 
regazo de buen sosiego,
con aroma de jabón, 
de ternura y de lejía. 
Te recuerdo María, 
con pañoleta en la frente, 
en gran charla con las flores, 
esperando con paciencia, 
la novela de la radio, 
una Oyuki con pecado, 
o bordando aquel mantel, 
que a suspirar te ponía, 
destrenzándote las penas, 
de una flaca economía. 
Te recuerdo María, 
cuando corrías al umbral, 
a por tu príncipe azul, 
y todo el trajín de casa, 
lo compensaban sus mimos, 
su silbar en tus oídos,
y el pecho lleno de amor. 
Eras tan linda María, 
preparándole el café, 
con la pizca de canela, 
y al asomar de la luna, 
recostada entre su abrazo,
contabas cien mil estrellas. 
Y te recuerdo María, 
soñadora, cantarina, 
una mujer del ayer, 
alcanzada por el siglo, 
valiente a más no poder. 
Sigues contando luceros, 
sin las manos de su abrigo, 
sonriendo aun al silbido, 
que trae el viento consigo, 
acariciando tu tez.