Estaba en el río, bebiendo en un tronco;
vi lejos la muerte que quiso venir,
le dije que no, mas vino de pronto.
Lloraba de muerte, lloraba por ella
que quiso quererme, mas nunca entendí;
me quiso cantar y no me di cuenta.
Venía la muerte, sin falta de tiempo
y yo me largué con pelos cual rosas,
rozando la vida, mi llanto en el viento.
Llegado a mi casa, lograda la fuga
estabas tú ahí, perpleja y hermosa
de frente en mi puerta tu cara de bruja.