Sobre el lienzo sin tiempo de la nada,
las sombras simulan memoria sin eco,
se disuelven las formas antes de ser,
erráticos conceptos se aniquilan en los bordes,
primordiales verdades asumen el fatídico destierro,
lo anónimo se reconcentra en su mismidad
y la razón se disuelve en su propia ficción.
El silencio se asume como ultimo lenguaje del vacío.
Un absoluto envolvente es la nada.