No me gusta el borde de la pizza
y tampoco me gusta tirarlo,
por eso es lo primero que me como.
Aunque no suelo fregar mucho,
siempre empiezo fregando
lo más sucio: la cocina,
y siempre, sin excepción,
enjuago la fregona después de fregar.
Lo que menos me gusta de fregar
es enjuagar la fregona,
pero es de esas cosas
que debo dejar para lo último
aunque me guste poco.
Si te tienes que marchar,
vete ahora y no al final.
Detesto que te vayas,
pero cuanto antes lo hagas,
antes volverás, y mientras vas y vienes
yo iré bajando de la cruz.