En mi cama vacía sumergido,
descansaban mi pena y mi alegría.
Una bestia sus alas extendía
y hacia mí dirigía su sentido.
¿A dónde vas guardián? ¿Estás perdido
bajo el satélite contrario al día?
¿A dónde vas, pequeña bestia espía
que en mi casa te guardas escondido?
Peregrino indomable de la sombra,
bebedor insaciable e impaciente,
avioneta de ala torpe y rota:
Por tu nombre, murciélago, te nombra
mi voz para mirarte frente a frente
y bebas de mi sangre gota a gota.