En las llamas de la tarde relumbra,
su alma creadora...
vestida y maquillada como una puta,
y ah, cómo se retoza...
Más recobra la magia,
con el crepúsculo ardiente de su mirada,
y con la última copa,
era impensable modelar tanta belleza...
Ah, la quinta esencia,
tras de meter su lengua en esa boca,
que su mente dibuja,
en un instante de exaltación, su poesía...
Es la alquimia del alma,
con su carro de fuego al final del día,
inhalando sabiduría,
en un influjo de ensueño...hasta la luna...